domingo, 20 de noviembre de 2011

Observaciones

Lo primero que salta a nuestra vista es el proceso de aculturación de los shipibos que se resume en un sincretismo en cuanto a la vestimenta, la lengua y algunas costumbres alimeñadas. Algunos shipibos nos cuentan que hay personas de la comunidad que no saben hablar su lengua natal o que algunos niegan su desendencia shipiba, sobre todo en los menores o jóvenes. Sin embargo, los dirigentes y algunas autoridades están realizando algunas acciones para enseñar la lengua natal a los niños y para organizar actividades donde la gente exprese su tradición.Cuentan con una Escuela Intercultural Bilingue; también está la organización de Madres Artesanas. Por otro lado, la mayoría dejó algunas labores relacionadas a la chacra para pasar a labores urbanas. La alimentación de las costumbres limeñas es constante hacia ellos.
Otra observación del lugar que pasa por una problemática social es sobre la concepción de territorio. Están enfrentando un problema de titulación ya que según la Munipalidad ese terreno es privado. Pero, para los shipibos el territorio es de ellos ya que ellos limpiaron el lugar, sacaron las piedras (la trabajaron). Max nos cuenta que en la selva las cosas son diferentes; el terreno de uno le pertenece a la comunidad y esta es dueña de un territorio demarcado y ellos pueden trabajar esa tierra. En cambio, en Lima el terreno es de cada uno.

Otra peculiaridad es la organización social dentro de la comunidad pero que esta no es reconocida legalmente por la Municipalidad. Ellos cuentan con autoridades de la comunidad que son shipibos. Quienes son los que deciden que se hace y que no se hace dentro de la comunidad. Entonces, para ellos les resulta difícil que otra persona, no shipiba, la alcaldesa de Lima, tenga que ordenar dentro de la comunidad, como desalojarlos o hacer una obra pública.

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